Tokio ansía hacerse con nuevas armas para poder realizar un ataque preventivo contra Corea del Norte, que representa un peligro constante para el país del Sol naciente, asegura Nikkei. La posibilidad de llevar a cabo un ataque preventivo contra el enemigo se convertiría en un nuevo elemento de poder militar para Japón.
La industria nipona puede producir estas nuevas armas por sí misma o puede comprárselas a su aliado principal, Estados Unidos. Esta última opción encaja perfectamente con la política actual de Washington, que busca favorecer las compras de armas norteamericanas por parte de países extranjeros.
La Casa Blanca no tiene nada en contra del fortalecimiento del poderío militar de Japón, tanto desde el punto de vista económico como desde el político, señala el experto del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales Vladímir Nelídov, en declaraciones a RT.
"Estados Unidos insistió durante casi todo el período de posguerra [mundial] en que Japón debe contribuir más a su defensa. A Washington no le hace falta tener un aliado débil", afirma el entrevistado.
Los medios internacionales aseguran que las Fuerzas de Autodefensa japonesas no han dispuesto de armas ofensivas desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Como resultado de la sangrienta contienda, el país asiático fue ocupado por EEUU, que pilotó la redacción de su nueva Constitución. El carácter pacífico de la nueva Carta Magna privó a Tokio del derecho de tener unas Fuerzas Armadas convencionales.
El país asiático no dispone de ciertos tipos de armas que forman parte del arsenal de Rusia, China y EEUU, como los portaviones, bombarderos estratégicos y misiles balísticos intercontinentales. Aunque, en realidad, tampoco las necesita dado que dispone de una gran cantidad de armas convencionales para garantizar su defensa.
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El fortalecimiento de las Fuerzas de Autodefensa de Japón es un giro que no gusta a los partidarios de la izquierda nipona, mientras que los políticos de derecha son a menudo acusados de intentar acabar con la política pacífica del país. Esta acusación también afecta al primer ministro actual de la nación, Shinzo Abe.
No obstante, dado que la mayor parte de la población está preocupada por la amenaza proveniente de Corea del Norte, será bastante fácil que los planes de Abe de construir un Ejército más potente acaben prosperando.