John Allen y Michael O’Hanlon, analistas del Instituto Brookings, calculan en un artículo publicado por The National Interest cuánto costará la restauración de Siria después de la guerra.
"La reconstrucción de Siria costará más de 100.000 millones de dólares al año, dinero que los aliados de Asad simplemente no tienen", resaltan los columnistas.
En el transcurso de los combates se deterioraron o destruyeron el 27% de las viviendas y casi la mitad de los edificios dedicados a la salud pública y a la educación. Entre los años 2010 y 2015 la economía perdió cada año 538.000 puestos de trabajo; en estos momentos más del 75% de la población siria está desempleada, señala el estudio del Banco Mundial.
Por eso ahora en la Administración Trump prevalece la opinión de que es más práctico no cambiar el Gobierno central en Siria, que gracias a las victorias en los combates, consolidó sus posiciones. Sería mejor transferir, puede ser que temporalmente, el poder a las regiones.
"El objetivo fundamental reside en persuadir al mandatario sirio de trasladar las riendas del poder a alguien que esté parcialmente bajo su tutela y que tenga menos sangre en sus manos. Después, la cúpula del presidente y los ciudadanos sirios podrán acceder a los recursos para la reconstrucción del país, que serán otorgados a Siria solo con la condición de que Asad se vaya", proponen los analistas.
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