Yang Mian, experto en temas internacionales del Instituto Chino de Comunicaciones, destacó a Sputnik que para Panamá el canal es una de las principales fuentes de ingreso, mientras que China hoy en día es el segundo país con mayor tránsito sobre esta ruta comercial. Es por esto que ambos países están mutuamente interesados en garantizar su seguridad.
"Aunque EEUU tiene salida a los dos océanos [Atlántico y Pacífico], requiere del canal para comunicar sus litorales. Esta es precisamente la razón principal por la que en el pasado EEUU ha ocupado Panamá en dos ocasiones", recordó el experto.
Desde que el país centroamericano recuperó la soberanía sobre el canal y proclamó su área aledaña como zona económica exclusiva, China se ha interesado en realizar grandes inversiones en su reconstrucción y ampliación. Sin embargo, el potencial peligro que supone su hipotética destrucción o fallo en su funcionamiento, ha retenido las intenciones del gigante asiático.
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"A diferencia de los estrechos de mar, el canal es extremadamente estrecho y en caso de que los terroristas logren su destrucción, esta supondrán un gran golpe para los contactos comerciales. Como una de los mayores usuarios del canal, China está interesada en el desarrollo de la colaboración en materia de seguridad para abastecer la adecuada navegación por el canal", agregó Mian.
No obstante, incluso hoy la seguridad de esta ruta comercial se encuentra bajo la responsabilidad de EEUU. Este hecho fue uno de los principales estímulos para que China participase en la construcción de un canal alternativo en Nicaragua, señaló el analista.
"Washington, por supuesto, tiene una gran ventaja en influencia [sobre Panamá]. Por eso, si suponemos que el Gobierno de Panamá se arriesga a pelearse con EEUU por China, fácilmente podría ser derrocado", estimó Jarlámenko.
Todo esto crea un cierto trasfondo político en las conversaciones que tienen lugar en Pekín y, obviamente, no puede ser ignorada por China a la hora de trazar sus políticas en la región.
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