Según comentó a Sputnik el presidente de la Cámara de Comercio ruso-italiana Rosario Alessandrello, Italia es el país europeo que más sufre por esta guerra económica. Las compañías italianas no han podido encontrar un sustituto al mercado ruso, que sigue siendo el más atractivo debido a su cercanía y capacidad adquisitiva.
"La entrada en vigor de nuevas sanciones hará imposible la realización de la segunda rama del gaseoducto Nord Stream y, por lo tanto, una vez más empujará a Rusia a [estrechar su cooperación con] China", agregó además Alessandrello.
Para no perder el mercado ruso, algunos productores europeos han decidido localizar parte de su producción en el territorio del país eslavo y así poder evadir el régimen de restricciones comerciales.
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El 6 de agosto de 2014 el presidente Vladímir Putin firmó un decreto que prohibía, entre otros, la importación de una gran variedad de productos agrícolas desde países que adoptaron sanciones contra Rusia. Las restricciones actuales estarán en vigor hasta finales de 2018, aunque el Gobierno se ha reservado el derecho de abolirlas o prolongarlas en función de cómo se desarrolle la situación.