"Todavía no notamos que ellos usaran armas químicas en Siria, no queremos que lo hagan, por eso si lo descubrimos, atacaremos primeros", dijo.
Damasco negó las acusaciones y responsabilizó de los hechos a los terroristas y sus patrocinadores.
Tres días después EEUU sin presentar ninguna prueba y sin realizar una investigación del suceso atacó la base aérea de Shairat, una instalación crucial en la lucha contra los terroristas de Daesh.
En entrevista con Sputnik, el presidente sirio Bashar Asad negó que se hubiese producido un ataque químico y calificó el caso de provocación para justificar el bombardeo a la base aérea, crucial en la lucha contra el terrorismo.
Señaló que un vídeo de Jan Sheijun, filmado por los controvertidos Cascos Blancos, en el que se basan las acusaciones, muestra a los activistas sin máscaras ni otros equipos de protección, lo que contradice la tesis del empleo de gas sarín, una sustancia que causa convulsiones, parálisis y puede provocar la muerte por asfixia a las personas expuestas.
Asad indicó que si los Cascos Blancos hubieran operado en un lugar en el que realmente se usó sarín, no estarían vivos.