El experto señaló que mientras en unas cuestiones todos los países de la región coinciden, en otros, sus puntos de vista son radicalmente opuestos. Gunes dio como ejemplo la semejanza de las posiciones de Turquía, Catar, Arabia Saudí y los Emiratos respecto al problema sirio y yemení.
"Es sorprendente que Catar siga con su política activa opuesta a la de los países de la región. Las discrepancias entre Arabia Saudí y Catar ya han escalado hasta el punto que puedan resultar en una declaración mutua de guerra", dijo Gunes.
La base de la polémica entre los países de la región es el apoyo que Turquía presta a Catar, explicó el entrevistado.
"Si no fuera por Turquía, Catar ya habría aceptado la mayoría de las exigencias presentadas [por Riad], así que el país no podría hablar sobre su competencia con Arabia Saudí de manera tan fácil como lo hace ahora", agregó.
Gunes aludió a la presencia de los militares turcos en Catar como un factor que reduce la posibilidad de un enfrentamiento.
El entrevistado puso de relieve que Arabia Saudí podría tratar de neutralizar a Irán con tal de debilitar a Catar. Según aclaró, este paso diplomático puede causar cambios significativos en el equilibrio entre Irán y Arabia Saudí, que se encuentran en el eje de tensión.
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Irán y Arabia Saudí ya desde hace 40 años vienen tratando de apoderarse de las zonas de influencia uno de otro, pues el hecho de que Turquía se una a este conflicto lo hace aún más complicado. Todos estos sucesos preocupan seriamente a Occidente, concluye el entrevistado.