El director de esta cartera, Christian Krüger, dijo a la prensa que de ese número, 47.305 personas están en condición regular, 153.443 "superaron el tiempo" otorgado para una visa y entre 100.000 y 140.000 no registraron su ingreso o no entraron por los puestos formales. En las calles colombianas estas cifras cobran rostro humano.
"Por la crisis que está viviendo el hermano país de Venezuela se incrementó el número de trabajadoras sexuales de este lado de la frontera. La prensa ha hablado de conflictos entre ellas; sin embargo, un pequeño roce no es motivo de pleito. Los medios han exagerado, jamás una trabajadora sexual tiene que ver a otra como una rival. Como se dice aquí: 'Lo que es pa' perro no se lo come el gato', es decir, cada quien tiene sus atributos personales y su forma de alcanzar al cliente. La competencia en este rubro es común como en cualquier otra empresa", dijo a Sputnik Fidelia Suárez, presidenta de la Asociación de Mujeres Buscando Libertad (ASMUBULI).
"Muchas de las compañeras que vienen son utilizadas por terceros que se aprovechan de su situación de estar en un país de forma ilegal. No hay cifras oficiales sobre cuántas mujeres venezolanas fueron deportadas de Colombia por ejercer la prostitución. Aquí el trabajo sexual es legal, ellas como venezolanas pueden, realizando su proceso legal, obtener un permiso para ejercer su oficio", explicó.
En diálogo con Sputnik, la abogada mexicana Valeria España, activista y estudiosa de los fenómenos migratorios, consideró que episodios como la inestabilidad que se experimenta en Venezuela contribuyen a que miles de ciudadanos decidan dejar el país en busca de paz. "Cuando se obstruyen las posibilidades de movilidad social, la migración surge como un mecanismo para que las personas construyan un futuro que en el presente les está vedado", observó.
Desde el sindicato de trabajadoras sexuales colombianas realizan acompañamientos de los casos de sus compañeras venezolanas para que no queden expuestas y velan porque sus derechos no sean violados. "Ante todo somos mujeres y queremos que todas tengan la misma protección que nosotras", resaltó Suárez y agregó que en las calles de Bogotá se puede ver cada vez más prostitutas provenientes de Venezuela.
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"Por la situación que está viviendo su país les ha tocado un desplazamiento forzado. Es necesario protegerlas para que ni las fuerzas públicas ni terceros se aprovechen de ellas para tenerlas trabajando de forma clandestina. Hay que asegurarse de que cada una de las trabajadoras sexuales esté practicando el oficio por voluntad propia y no a la fuerza", concluyó la representante sindical.