El domingo 30 de julio, los electores venezolanos están convocados a las urnas para elegir a las 545 personas que iniciarán un proceso constituyente. Esta elección, una iniciativa del presidente Nicolás Maduro, tiene como objetivo encontrar una salida a la convulsión política y social que sacude al país caribeño. Estos comicios han sido rechazados desde el inicio por la oposición, que ha llamado a la desobediencia civil.
En medio de la tormentosa realidad que cubre al país, con enfrentamientos violentos en las calles entre simpatizantes y detractores del Gobierno, existe cierta incertidumbre sobre los panoramas que se abren luego de las elecciones. Sputnik dialogó con el politólogo Andrés Mora Ramírez, académico e investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional de Costa Rica, para entender cuáles son los posibles desenlaces.
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"Uno podría pensar que es un proceso que vendría a resolver la crisis política y social que aqueja el país desde hace por lo menos un par de años. Sin embargo, pienso que lejos de resolver algo, creo que el gran riesgo es que incentive o acelere parte del proceso golpista que está en marcha en Venezuela y dé pie a que se generen acciones a una escalada de acciones de violencia de parte de los sectores más radicales de la oposición, que en todo momento han rechazado no solamente esta convocatoria constituyente sino también numerosas convocaciones a procesos de diálogo", dijo el experto al programa Telescopio de Sputnik.
Según Mora Ramírez, en las últimas semanas han salido a la luz "informaciones y declaraciones de figuras de gran importancia del organigrama de la CIA" que han dejado de manifiesto "una acción concertada del exterior para incentivar la crisis política en Venezuela, jugando un papel y articulándose con otros Gobiernos latinoamericanos —como México y Colombia— y también con algunos expresidentes de la región".
El académico indicó que "ya desde hace un par de años" el Comando Sur de los EEUU está visualizando posibles escenarios para una intervención, presentados incluso a algunos comités del Senado.
"Van creando las condiciones para que, llegado el momento, la intervención tenga algún grado de 'seudojustificación' o la opinión pública internacional esté más permeable a la idea de que un Gobierno extranjero tenga alguna participación posible para presuntamente solucionar la crisis, pero realmente no se ve una solución posible en el actual escenario. En cualquier caso, hace falta diálogo y que ambas partes depongan parte de sus posiciones como es necesario y vital en cualquier negociación. Pero tal y como están las aguas, en este momento agitado eso parece difícil", explicó Mora Ramírez.
En ese contexto, el panorama de la crisis política luego de la constituyente es incierto, a criterio del experto. El profesor universitario cree que la elección del domingo "va a caldear los ánimos, sobre todo de los sectores más radicales de la oposición", que desconocen la convocatoria del Consejo Nacional Electoral.
#Venezuela acusa a #Colombia y #México de conspirar con la #CIA contra #Maduro https://t.co/KJIpKxhkQs pic.twitter.com/0lqQU3gfh3
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 24 de julio de 2017
"Además han venido desconociendo toda la institucionalidad democrática que existe en el país: han designado magistrados del Tribunal Supremo paralelo, pretenden autoestablecer un Gobierno paralelo, entonces creo que el plan golpista va independientemente de las acciones que el Gobierno de Nicolás Maduro pretende impulsar. Parece claro que para ellos hay solo una vía", puntualizó el académico.
Con la salida de Gobiernos progresistas en Argentina o Brasil, la coyuntura política de la región cambió. La nueva correlación de fuerzas "ha inutilizado instancias de la integración regional, como el Mercosur o la Unasur", que en otro contexto tuvieron un "papel clave para detener acciones golpistas", como sucedió en Ecuador o en Bolivia. El cambio de la situación política "envalentonó a la derecha latinoamericana, que actúan hoy de una manera concertada" y "creó un escenario diferente para EEUU".
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Los Gobiernos de Argentina, Brasil, Colombia o México "están teniendo una gran beligerancia" en relación a Venezuela. En los últimos procesos electorales en América latina, la cuestión venezolana "se ha convertido en un fantasma que se agita en los últimos procesos electorales y permite a algunos candidatos o partidos distanciarse, fortalecerse ante la opinión pública y construir un enemigo al que hay que detener".
"[Eso] Responde a cuestiones de política interna. Hay una relación ahí que alimenta mutuamente a algunos Gobiernos para hacer un discurso antivenezolano, antichavista, un caldo de cultivo para sus apoyos a nivel interno frente a procesos electorales", dijo Mora Ramírez.