"Consideramos que lo más importante hoy es que las partes respeten las decisiones adoptadas sobre el regreso al statu quo de los lugares sagrados en Jerusalén Oriental", dice el texto.
El 14 de julio tres atacantes, que eran árabes con pasaportes israelíes, abrieron fuego contra la policía israelí cerca de la Puerta de los Leones en el casco antiguo de Jerusalén, hiriendo de muerte a dos agentes, e intentaron escapar hacia la Explanada de las Mezquitas, pero fueron abatidos.
En esta zona de Jerusalén, conocida también como el Monte del Templo, se encuentran dos de los templos más importantes del islam: la mezquita de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca.
Las autoridades israelíes cerraron por dos días el acceso a la Explanada tras el ataque, y cuando lo reabrieron el 16 de julio, instalaron a la entrada detectores de metales.
Las precauciones impuestas contribuyeron a crispar el ambiente no solo en Jerusalén sino también generaron protestas en Cisjordania y Gaza.
La policía israelí retiró la víspera las cámaras de video instaladas en los accesos a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, restaurándose el statu quo roto a raíz del ataque del 14 de julio.
Dos días antes, el Gobierno de Israel anunció la decisión de retirar los detectores de metales.