Se trata de un grupo de expertos del Instituto Central de Aerohidrodinámica N.Y. Zhukovski (TsAGI).
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El proyecto tiene como objetivo crear la base científico-técnica para la metodología de la construcción de un avión de pasajeros de alta velocidad.
En el marco de la primera etapa, los especialistas examinaron posibles sistemas de supresión de ruido, soluciones conceptuales de la composición y requisitos para los motores, entre otros aspectos.
"El principal desafío al que se enfrentan los científicos a la hora de intentar desarrollar un concepto de avión supersónico de pasajeros consiste en la falta de métricas de evaluación universalmente aprobadas, de umbrales y metodología para la medición de la explosión sónica", indicó el director general del Instituto, Serguéi Chernishov, citado en el comunicado oficial.
El morro del avión será largo y puntiagudo. Los motores se ubicarán por encima de la estructura en la sección de cola, entre dos planos fijos. Las alas serán construidas con la parte central en forma de V, lo que permitirá reducir su cruzamen sin perder las capacidades de levantamiento.
El fuselaje tendrá una forma máximamente aerodinámica para evitar la aparición de ondas de choque en un vuelo supersónico. Además, se planea emplear soluciones para reducir la intensidad de las ondas de choque.
Así, a finales de 2016 la empresa emergente estadounidense Boom Technology presentó un demostrador de un avión supersónico —XB-1 Supersonic Demonstrator—, con capacidad de transportar a 44 personas.
Según las estimaciones, la aeronave podrá cubrir el trayecto entre Londres y Nueva York en 3,5 horas a partir de 2022.