Las imágenes del satélite obtenidas por Jane's demuestran que Teherán instaló de manera permanente a principios de abril uno de los sistemas S-300 de largo alcance (modelo PMU2). Este despliegue aumenta significativamente la capacidad de Irán para monitorear y amenazar a los aviones que cruzan el norte del golfo Pérsico.
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"Si los sistemas han sido equipados con misiles 48N6E2 que se utilizan normalmente con el S-300 (PMU2) podrían alcanzar 200 kilómetros, permitiendo a la base de Bushehr acoplar objetivos casi en cualquier parte del norte del Golfo sin pisar los territorios iraquí, kuwaití o saudí. El alcance de 300 km de los radares permitirá a Irán monitorear el tráfico aéreo sobrevolando partes de estos países vecinos", señala la publicación especializada.