En los últimos años, los científicos descubrieron más de 1.000 moléculas sintéticas y naturales diferentes capaces de 'incrustarse' en el metabolismo y alterar el sistema endocrino. Varias decenas de estas moléculas afectan directamente al tejido graso, sistema digestivo y centros del apetito en el cerebro de seres humanos y animales.
Muchos científicos relacionan la distribución y acumulación de estas sustancias en el medio ambiente con la rápida extensión de la epidemia de obesidad, que en las últimas dos décadas ha cubierto la mayor parte de los países industriales y en vías desarrollo.
En el experimento participaron los patrones de polvo procedentes de 11 casas de Durham. En el transcurso del estudio, nueve muestras a la vez hicieron crecer las colonias de grasa. A partir de entonces, Kassotis analizó la composición química de las partículas de polvo, identificando las moléculas que influenciaron más que otras el crecimiento de las células.
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Se trata de tres sustancias que son componentes populares de pinturas, adhesivos y aerosoles.
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