"Me van a tener que soportar mucho tiempo", dijo el líder del Partido de los Trabajadores (PT), señalando con ironía que, según ese fallo, podría volver a ser candidato presidencial en 2036.
En su opinión, la condena ya estaba "lista" antes de que terminara el proceso, y remarcó que una de las bases de la sentencia, la acusación de Léo Pinheiro, expresidente de la constructora OAS, no se sostiene.
Para el líder del PT, el empresario, condenado a 23 años de cárcel, no tenía nada que perder al inventar la acusación contra su persona.
También sostuvo que la sentencia forma parte de una estrategia para apartar a la izquierda del Gobierno y evitar que él se candidato en las elecciones de 2018.
Lula, al igual que la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, quien le precedió en su discurso, sostuvo que unas elecciones en las que él no esté presente como candidato serán un "fraude".
"Si alguien piensa que con esta sentencia me apartaron del juego, que sepan que estoy en el juego", afirmó el líder de la izquierda brasileña.
El expresidente dijo estar dispuesto a luchar tanto en la Justicia, para ser absuelto en segunda instancia, como en la calle, para convencer a la sociedad de su inocencia y de que debe volver a la presidencia.
"A mis 71 años estoy dispuesto a luchar con la misma fuerza que cuando tenía 30", aseguró, bromeando con que toma vitaminas y practica ejercicio cada día.
"Si alguien piensa que esto es el fin de Lula se va a llevar un chasco; en la política, el único que podrá decretar mi fin es el pueblo brasileño", afirmó.
Lula aseguró que no hay ninguna prueba convincente en su contra; lo más cercano a eso es un contrato que no está firmado, afirmó, y retó a cualquiera que esté seguro de tener una prueba en su contra la presente cuanto antes.
"Estaría más sereno si me hubieran condenado en base a una prueba, si hubiera conseguido "desenmascararme", ironizó, y añadió que al ser condenado sin pruebas su sentimiento es de indignación.
"¿Cómo puede alguien escribir 300 páginas sin decir nada contra la persona a la que va a condenar?", preguntó retóricamente en referencia a la sentencia de Moro, de 260 páginas.
Por su parte, el Partido de los Trabajadores de Brasil declaró que no aceptará las elecciones de 2018 si el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva no puede ser candidato.
"Unas elecciones sin Lula son una fraude a la democracia", afirmó en rueda de prensa la presidenta de esa fuerza política, Gleisi Hoffmann, poco antes de pasar la palabra al exmandatario en su primera comparecencia después de ser condenado a nueve años y medio de prisión.
Lula fue condenado el 12 de julio en primera instancia, y podrá recurrir la sentencia en libertad, por un delito de corrupción pasiva, por presuntamente haber recibido un apartamento como forma de soborno por parte de la constructora OAS, una de las empresas implicadas en la trama corrupta de Petrobras.
Además de los nueve años y medio de prisión, Moro también lo inhabilitó para ocupar cargos públicos durante 19 años, por lo que si la sentencia se confirma en segunda instancia el líder izquierdista no podría presentarse como candidato en las elecciones de 2018.