El atentado fue cometido por Mohamed Lahouaiej Bouhlel, un conductor de camiones oriundo de Túnez nacido en 1985, que tenía permiso de residencia en Francia, además estaba casado y tenía varios hijos.
El 14 de julio a las 21.34 hora local Bouhlel llegó a este lugar en bicicleta, la cargó al camión y partió en dirección oeste, cerca de las 22.45 entró en el Paseo de los Ingleses, donde a lo largo de dos kilómetros, entre los edificios 11 y 147, arrolló a numerosas personas.
Según la alcaldía de la ciudad, en el momento del atentado en este malecón se encontraban cerca de 30.000 personas, el vehículo corría a velocidad de unos 50 kilómetros por hora zigzagueando para atropellar el mayor número posible de personas.
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Franck, un empleado del aeropuerto de Niza, montado en una moto, intentó alcanzar y parar el camión, se asió a la puerta de la cabina y empezó a golpear con un brazo al conductor, quien intentó pegarle un tiro, pero la pistola falló y entonces le asestó un culatazo.
Al pasar cerca del hotel Negresco, Bouhlel disparó varias veces contra tres policías que abrieron el fuego de respuesta y empezaron a perseguir el camión que pudo recorrer unos 300 metros más.
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Cerca del hotel Palais de la Mediterranee los agentes lograron liquidar al terrorista, en la cabina fue hallada una pistola automática de calibre 7,65 mm, un cargador, vainas de 7,65 mm y cartuchos del mismo calibre, así como un teléfono celular y las imitaciones de una pistola, de dos fusiles de asalto (AK y M16) y de una granada.
El hombre era conocido para la policía francesa en relación con varios delitos comunes: robo, violencia con armas, violencia conyugal y amenazas cometidos entre 2010 y 2016; el 23 de marzo de 2016 un tribunal de Niza le condenó a seis meses de prisión suspendida por una agresión con uso de arma en enero de 2016.
La masacre de Niza fue reivindicada por el grupo terrorista Daesh, autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países.
El presidente de Francia, François Hollande, declaró luto nacional de tres días para honrar el recuerdo de los muertos en ese bárbaro atentado.
El 22 de julio se supo que las autoridades francesas formularon acusaciones a cinco supuestos cómplices de Bouhlel, a tres como involucrados en el asesinato perpetrado por un grupo ligado a los terroristas, otros dos fueron imputados como infractores de la ley de armas ligados con un grupo terrorista.
Más tarde siete de ellos fueron puestos en libertad, quedaron bajo arresto tres hombres de 24,31 y 36 años, que supuestamente ayudaron a Bouhlel a conseguir armas, el 17 de diciembre un tribunal de Francia les formuló acusaciones de estar involucrados en la preparación del atentado en Niza.
El 19 de enero de 2017, la Fiscalía de Niza dio por concluida la investigación abierta en relación con las denuncias de los familiares de las víctimas del atentado de que las autoridades de Niza no tomaron suficientes medidas de seguridad en el día de la tragedia.
El fiscal Jean-Michel Pretre anunció que la investigación llegó a la conclusión de que no cabe atribuir responsabilidad penal alguna a la prefectura ni a la alcaldía de la ciudad, también afirmó que se tomaron todas las medidas de seguridad reglamentarias.
También trascendió que el departamento antiterrorista de la Policía Criminal de Francia exigió que las autoridades locales destruyeran todas las grabaciones de vídeo de lo sucedido el 14 de julio en el Paseo de los Ingleses.
Varios medios publicaron testimonios de que la entrada en la zona peatonal estuvo bloqueada solo por un vehículo de la policía municipal.
A las víctimas de la masacre se pagaron compensaciones por más de 9,5 millones de euros, se recibieron 2.109 solicitudes de compensaciones por el daño sufrido, que se satisficieron a 811 solicitantes al estado de diciembre de 2016.