"Francia expresa su total confianza en las autoridades holandesas para realizar todos los procedimientos nacionales e internacionales del caso", señaló el Ministerio galo de Exteriores en un comunicado.
El organismo renovó también su apoyo a los esfuerzos para realizar una investigación "independiente e imparcial" de la catástrofe.
El 17 de julio de 2014, el vuelo MH17 de la compañía Malaysia Airlines que se dirigía de Ámsterdam a Kuala Lumpur, fue alcanzado por un misil cuando sobrevolaba la provincia de Donetsk, en el este de Ucrania, una zona convulsionada por los enfrentamientos entre las tropas del régimen ucraniano y las milicias que empezaron en abril de ese mismo año.
El Gobierno ucraniano y las milicias se acusan mutuamente del derribo del avión en el que perdieron la vida 298 pasajeros y tripulantes, en su mayoría holandeses.
El JIT dice que estableció el tipo de misil, el que, según afirmó fue disparado desde una zona controlada por las milicias.
Desde Donbás negaron su implicación en el suceso al no contar con este tipo de armamento sofisticado.
Los expertos del JIT fueron más allá y aseguraron en su informe que el sistema antiaéreo con los misiles había sido trasladado de Rusia al territorio de Donbás y posteriormente devuelto.
Rusia calificó el informe de contradictorio y preconcebido y afirmó que no hay pruebas concretas que confirmen la hipótesis del grupo internacional.
Holanda no solicitó a los especialistas rusos los datos del radar que registró la trayectoria del avión.
El Ministerio de Exteriores ruso subrayó que el grupo investigador hizo caso omiso a una importante información.
Desde la Agencia rusa de Transporte Aéreo confirmaron que los datos de los radares son claros: ningún objeto se aproximó del lado de las milicias de Donbás.
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El vicepresidente de la institución, Oleg Storchevoi, cuestionó al JIT por "empeñarse en querer probar lo contrario".