"Para mí no está claro si algún día lograremos llegar a una resolución aceptable de esta cuestión entre nuestras dos naciones", dijo Tillerson a periodistas al comentar la primera reunión entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el estadounidense, Donald Trump, celebrada en Hamburgo en el marco de la cumbre del G20.
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense, la CIA y el FBI publicaron en enero un informe acusando a Moscú de haber orquestado una campaña de influencia para minar la confianza en el proceso democrático en EEUU y reducir las opciones de la candidata demócrata, Hillary Clinton, en las presidenciales de 2016.
Actualmente el Congreso estadounidense y el FBI llevan a cabo investigaciones independientes sobre la "implicación rusa" en las últimas presidenciales pero no han presentado hasta la fecha ninguna prueba que confirme la responsabilidad de Moscú en esos supuestos ataques informáticos.
Las acusaciones de injerencia contra Rusia han sido esgrimidas frecuentemente por los políticos en diversas campañas electorales ocurridas en Occidente, aunque sin ninguna prueba.
Por su parte, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, dijo que no hay prueba que apoye las supuestas injerencias en las elecciones de EEUU, Francia o Alemania.
El presidente Putin reiteró el pasado junio que Rusia no está implicada en ciberataques a nivel estatal.