"Me avergüenza la forma en que el consejo ha procedido, se están escondiendo de los residentes, de los propios concejales desde hace una semana", protestó Robert Atkinson, concejal laborista, en declaraciones a la BBC.
Ochenta personas murieron oficialmente en el terrorífico incendio del pasado 14 de junio, aunque los vecinos creen que hay más de un centenar de fallecidos.
Paget-Brown quiso celebrar la reunión de la noche del jueves 29 a puertas cerradas, pero los medios lograron una orden judicial obligando al consistorio a dejar pasar periodistas y residentes de Grenfell.
"Fue un caos completo, un fiasco y demuestra una enorme falta de respeto", denunció Atkinson en Sky.
"El acceso al proceso democrático siempre debe ser sencillo y es vital mantener la confianza en el sistema democrático", señaló un portavoz de la primera ministra, Theresa May.
La jefa del Gobierno ya había apartado a Paget-Brown y su equipo de gestores de la gestión del desastre tras una lenta y desastrosa actuación inicial.
El alcalde resiste en su cargo hasta la fecha aunque exigió la dimisión del gerente del consistorio el pasado 21 de junio.
De acuerdo con el documento, se engañó a los residentes sobre el material del revestimiento que colocaron en la fachada de su bloque de viviendas sociales.
El ayuntamiento se ahorró al parecer 293.000 libras (unos 333.000 euros al cambio actual) sustituyendo un revestimiento de zinc resistente al fuego, que recomendaron los arquitectos, por un compuesto de aluminio con una base de polietileno.
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El material inflamable de estos paneles probablemente contribuyó a propagar el incendio en pocos minutos por todo el edificio, según sospechan los vecinos y las autoridades.