¿Acaso Trump quiere escalar el conflicto y llevarlo más lejos todavía? Hasta ahora ha sido una guerra 'proxy', es decir, ejecutada por terceros utilizados como sustitutos, pero Washington parece dispuesto a comprar el mensaje de los halcones y convertir a Siria en el Vietnam del siglo XXI.
El anuncio fue inusual, inesperado e implacable. En primer lugar porque no procedía del Departamento de Defensa, es decir, del Pentágono, sino de la mismísima Casa Blanca.
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Más tarde, el Gobierno estadounidense clarificó algunos detalles del sucinto comunicado y desveló que en el proceso de recogida de información previa habían participado desde el principio "agencias relevantes" como el Departamento de Estado, el Departamento de Defensa, la CIA y la Oficina del Director de Inteligencia Nacional.
A pesar de que no se ha podido realizar una investigación independiente sobre el terreno, las pruebas y testimonios recogidos apuntaron a que los civiles masacrados sufrieron los espeluznantes efectos de agentes neurotóxicos.
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Los profesionales de MSF también visitaron otros centros hospitalarios donde fueron tratados otras víctimas de la nube tóxica y todos ellos olían a lejía, lo que sugiere que fueron rociados con cloro, otro agente químico muy abrasivo.
El ataque a Jan Sheijun desató una firme y casi inmediata respuesta militar en Estados Unidos, que lanzó 59 misiles de crucero Tomahawk contra la base aérea siria de Shairat, siguiendo las órdenes de Trump en calidad de comandante en jefe del Ejército. Esa importante decisión representó una especie de paso del Rubicón pues marcó la primera intervención armada directa de Washington contra las autoridades de Damasco. Y no será desgraciadamente la última.
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El tono agresivo que destila el comunicado de la Casa Blanca forma parte de la estrategia de acoso que el equipo de Trump está empleando en distintos foros internacionales. Así, la embajadora norteamericana ante la ONU, Nikki Haley, lanzó a través de Twitter una muy seria y dura advertencia a Moscú y Teherán: "Cualquier nuevo ataque lanzado contra la población siria será atribuido a Asad, pero también a Rusia y a Irán que le han ayudado a matar a su propio pueblo".
Any further attacks done to the people of Syria will be blamed on Assad, but also on Russia & Iran who support him killing his own people.
— Nikki Haley (@nikkihaley) 27 de junio de 2017
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Todas estas maniobras bélicas se escudan en un lenguaje violento que ignora los tradicionales métodos diplomáticos, proyectando el siniestro espectro de una confrontación directa, sin intermediarios, sin elementos subsidiarios, lo que no sólo deterioraría aún más las relaciones con Rusia e Irán, ya de por sí muy afectadas, sino también la frágil estabilidad en todo Oriente Próximo.
¿Qué busca Trump? ¿Repetir los errores intervencionistas de sus antecesores? ¿Agitar el avispero regional para seguir alimentando las tensiones intermusulmanas y, por consiguiente, los beneficios de la industria armamentística? ¿No se da cuenta de que está haciendo más peligroso e imprevisible al mundo entero?
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK