Durante su intervención, que se celebró el 28 de junio en el Congreso de EEUU, Haley declaró que el aviso de la Casa Blanca también tenía como destinatarios a los países que apoyan al presidente sirio: Rusia e Irán.
Estas declaraciones fueron hechas después de que el servicio de prensa de la Casa Blanca publicara un comunicado en el que acusó al mandatario sirio, Bashar Asad, de estar preparando un nuevo ataque químico.
Las autoridades estadounidenses advirtieron que, en caso de que este se realice, el Gobierno sirio "lo pagará muy caro".
Tres días más tarde, Donald Trump dio la orden a los destructores de EEUU a que atacaran la base con 59 misiles, sin esperar a que se realizara una investigación independiente de los hechos.
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