Tal parece que no todos los aliados estadounidenses están dispuestos a arriesgar sus vidas por los intereses petroleros de Washington, compartió con Sputnik el analista político Alexandr Jrolenko.
Más aquí: Damasco exige que el Consejo de Seguridad de la ONU condene el derribo del Su-22
"El piloto se siente muy nervioso cuando su sistema de defensa a bordo empieza a sonar y parpadear en rojo, advirtiéndole que está en la mira de los radares. Si alguien de veras quiere entrar en la zona al oeste del río Éufrates, podrán probarlo por sí mismo", explicó al periódico Vzglyad el experto militar Víctor Murajovski.
Un juego sin reglas
El Su-22 sirio fue el primer avión derribado por la Fuerza Aérea de EEUU desde la guerra en Yugoslavia en 1999, pero no es el primer incidente en el que atacan a objetivos sirios. Jrolenko recordó que los militares de la coalición realizan sus operaciones en Siria sin la invitación del Gobierno de ese país y sin el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que violan el derecho internacional.
Con un área de 185.000 km2, Siria es un país relativamente pequeño, pero en su territorio operan numerosos grupos armados. Aviones de una decena de países atraviesan sus cielos.
Lea más: Califican las acciones de EEUU en Siria como "terrorismo de Estado"
¿Podrá Trump ponerle freno a Mattis, al cual sus propios colegas llaman 'perro rabioso'? Teniendo en cuenta las difíciles relaciones del mandatario con el Congreso, la pregunta queda en el aire. Mientras, los aliados de Washington buscan una manera de no salir lastimados de la campaña, concluyó Alexandr Jrolenko. "Una cosa es bombardear a los sirios indefensos y otra es enfrentarse en combate con las Fuerzas Aeroespaciales rusas".