De momento, Moscú y las zonas centrales del país están protegidos por el sistema A-135, compuesto por una estación de radares Don-2N y de lanzaderas con misiles 53T6. En 2014 se inició el desarrollo de una nueva generación del mismo —el A-235 Nudol—.
Aunque las especificaciones técnicas de los nuevos misiles interceptores son información clasificada, el corresponsal militar de Svobodnaya Pressa, Vladímir Tuchkov, ha podido recopilar varios informes basados en fuentes del Ministerio de Defensa de Rusia.
Según se indica, los proyectiles en prueba son capaces de alcanzar blancos en un radio de 1.500 km y a una altitud de hasta 750 km. Es decir, pueden interceptar no solo misiles balísticos intercontinentales, sino también objetos en la cercana órbita terrestre. De ahí que el sistema se haya ganado el apodo de 'asesino de satélites'.
Todo esto permite deducir que el novedoso misil interceptor es prácticamente un proyecto independiente, según el experto.
Otro dato característico que diferenciará el futuro sistema de defensa antimisiles A-235 del actual es que sus misiles serán emplazados en maquinaria móvil, y no en silos subterráneos, como hasta ahora. De este modo, además de Moscú y las zonas aledañas, el A-235 Nudol podrá establecer su escudo antimisiles en otras regiones de ser necesario.
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Se calcula que el nuevo sistema reemplazará a su análogo actual en los próximos dos o tres años.