En un momento en el que las actividades del país asiático parecen estar más que justificadas, MacDonald considera que son tres las estrategias que puede estar siguiendo: una catalítica o reactiva, una basada en las represalias o una basada en escaladas asimétricas.
Que Corea del Norte esté siguiendo una estrategia catalítica es del todo improbable. Esa táctica se basaría en buscar el apoyo de China para poder contrarrestar la influencia regional de EEUU, explica MacDonald. Puesto que actualmente las relaciones entre Pekín y Pyongyang están pasando por un mal momento, el hasta hace tiempo mayor aliado de los norcoreanos queda fuera de la estrategia.
Descartadas estas dos estrategias, MacDonald apunta a que Pyongyang sigue una basada en las escaladas asimétricas.
"A juzgar por la diversidad de los tipos de pruebas balísticas, de dónde se están llevando a cabo y de su variedad, no se están realizando simplemente por razones técnicas o políticas. [Sus capacidades nucleares] están operativas: sus unidades están entrenadas para llevar a cabo ataques militares. (…) la escalada asimétrica busca golpear primero durante una crisis debido al temor a que sus fuerzas no sobrevivan al primer ataque extranjero", asegura el analista.
MacDonald añade a su teoría que esta estrategia permite a Pyongyang influir en gran medida en la escalada que está viviendo la región, porque tener armas nucleares fuerza a los demás países a andar con cautela.
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El experto considera que la resolución del conflicto en la península coreana no pasa por la 'desnuclearización' de Corea del Norte, "porque eso no disuadirá al país", sino por esforzarse de manera coordinada en influir en el tipo de potencia nuclear en el que Corea del Norte se está convirtiendo. "Y eso pasa por establecer un nuevo 'statu quo' en la región que refleje esta realidad", concluye.