'¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de República?'. El anuncio de la fecha y de la pregunta del referéndum independentista catalán supone otra vuelta de tuerca que añade más presión que nunca a un proceso que lleva casi cinco años ocupando la agenda del Gobierno de Cataluña.
Fecha: 1 de octubre
También han recordado que, por activa y por pasiva, se ha buscado sin éxito la complicidad del Ejecutivo español para celebrar un referéndum pactado y conocer así la opinión de los catalanes.
El vicepresidente de la Generalitat también ha hecho referencia a las prácticas "dudosamente democráticas" con las que el Estado español, a su juicio, ha intentado torpedear el proceso independentista.
"Nos encontramos ante un Estado que, de forma reiterada, ha negado la posibilidad de que los cuidadanos de Cataluña voten y decidan su futuro a través de su voto. Y lo ha hecho en 18 ocasiones. Un Gobierno español y unos partidos políticos que permiten la continuidad de ese Gobierno (…). Un Gobierno que viola los derechos democráticos y que tiene ministros que conspiran abiertamente en contra del sistema democrático de Catalunya".
Un proceso con años de vida
"Para llegar a aprobarlo, seguimos un largo itinerario en el que hubo diálogo con el Estado, en el que hubo pacto con casi todas las instituciones constitucionales y todo con amplísima mayoría. E incluso un referéndum acordado. Pero no sirvió para encontrar soluciones, sino todo lo contrario", aseveró el 'president'.
Puigdemont lamentó la escasa "cultura política" del Tribunal Constitucional, el órgano encargado de velar por la interpretación de la Constitución española, al que considera una institución fuertemente politizada "con miembros caducados" y comprometidos con el partido político que gobierna hoy en España —el Partido Popular-.
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También acusó al TC de haber sido el culpable de acabar con el diálogo y con el acuerdo.
"Aquel tribunal hoy no es mejor. Hoy este tribunal puede suspender a cargos electos de manera fulminante y sin juicio".
"Los catalanes se independizarán de una forma u otra"
La coalición independentista también ha aprovechado el anuncio para volver a tender la mano al Ejecutivo español y ha asegurado que trabajará en todo momento para intentar alcanzar un acuerdo hasta el último día.
No queda claro si su oferta de diálogo a Madrid —una más entre muchas— es algo que el mismo Gobierno catalán contempla o si es solo un gesto de cara a la galería.
Que Puigdemont reconociese de manera oficial que a estas alturas rechaza ya cualquier diálogo con el Estado sería más perjudicial que beneficioso, sobre todo cuando Bruselas guarda silencio y, tras un comunicado de la Comisión de Venecia ha aclarado que, para que el resultado del referéndum sea reconocido internacionalmente, debe ser obligatoriamente acordado con el Estado español.
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De ahí que Puigdemont pueda estar dispuesto a sacrificar una pregunta y una fecha que acaban de ser anunciadas si finalmente, aunque sea improbable, se consigue un acuerdo con Madrid. Incluso si ese acuerdo no convence demasiado a los independentistas y alarga el final del proceso.