"Que nadie tenga ninguna duda de que cualquier actuación que pase de los anuncios a los hechos tendrá respuesta", dijo el portavoz del Ejecutivo español en rueda de prensa tras la reunión semanal del Consejo de Ministros.
Según Méndez de Vigo, este anuncio es un nuevo paso en una estrategia "unilateral" y "radical" por parte del Gobierno catalán que "no conduce a ninguna parte".
A su modo de ver, la escenificación del anuncio –que consistió en una comparecencia del Gobierno catalán arropado por diputados independentistas de la coalición Junts Pel Sí y de los anticapitalistas de la CUP– refleja que los partidarios del referéndum unilateral son "cada vez menos" y entre ellos se sitúan "los más radicales".
El portavoz del Gobierno opinó que, además de "perder apoyo interno", la causa independentista catalana no cuenta con apoyo internacional.
"El referéndum que pretenden los secesionistas es un referéndum ilegal, y no lo dice solo el Gobierno de España, sino también la Comisión de Venecia, a la que Puigdemont le envió una carta", explicó el portavoz gubernamental.
"Si pretenden llevar a cabo un referéndum de autodeterminación —cosa que no está reconocida por ninguna constitución europea—, tienen que modificar la Constitución y eso se hace en las Cortes Generales", expuso el ministro.
El anuncio de referéndum fue justificado por el Gobierno catalán por la negativa del Ejecutivo central a negociar su propuesta de consulta, una exigencia que, según recordó Carles Puigdemont, emerge del "mandato democrático" emitido por los ciudadanos catalanes en las últimas elecciones autonómicas.