El 8 de junio trascendió que el Parlamento de Turquía dio luz verde al proyecto de ley que permite desplegar militares turcos en una base militar en Catar y cooperar en el adiestramiento de los gendarmes de este país.
La medida de Ankara se produce después de que el pasado 5 de junio Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos anunciaran que rompían las relaciones diplomáticas y suspendían las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con Catar, al que acusaron de patrocinar el terrorismo.
Al bloqueo diplomático se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras, también Jordania y Yibuti decidieron rebajar el rango de las relaciones diplomáticas con Catar, y Chad y Senegal llamaron a consultas a sus embajadores en Doha.
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Erdogan declaró que Ankara no apoya el aislamiento de Catar, continuará desarrollando las relaciones con este país y hará esfuerzos para resolver la crisis a través de un diálogo.