"Catar solía ser una especie de estado vasallo de Arabia Saudí, pero aprovechó la autonomía que su riqueza en el gas le dio para empezar a desempeñar un papel independiente", aseguró a Bloomberg Jim Krane, investigador de energía del Baker Institute de la Universidad Rice en Houston, Texas. "El resto de la región está buscando una oportunidad para cortar las alas de Catar", agregó.
Riad responsabilizó a Doha por respaldar a los Hermanos Musulmanes en Egipto, a Hamás en la Franja de Gaza y a los grupos armados que actúan en contra de Abu Dabi y Arabia Saudí en las guerras de Libia y Siria.
Además, Arabia Saudí y otros países del Golfo han visto un aumento en la demanda de GNL para producir electricidad. Como Catar tiene los costos de extracción más bajos, pero se niega a colaborar con ellos, los saudíes tienen que depender de las importaciones de GNL a un mayor precio, indican los expertos.