"Solo fíjense en la frecuencia de los bombardeos sobre Yemen… El momento clave será cuando se reduzca el número de ataques aéreos saudíes sobre las posiciones de los rebeldes yemeníes. Esto significará que Riad comienza a concentrar sus fuerzas en la frontera para llevar a cabo un ataque sorpresa contra Catar", explicó.
Además de esto, el analista señaló que tanto Donald Trump, como el secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, —que han tenido vínculos estrechos con la familia real saudí durante los últimos 15 años— van a financiar la invasión de Catar.
"Sé de buena fuerte que Trump ya ha dicho a los saudíes que no tiene objeciones", apuntó.
El experto precisó que en caso de una invasión, Arabia Saudí será apoyada por Egipto, Emiratos Árabes Unidos y, especialmente, por Bahréin, que tiene desplegados en su costa los buques de la Quinta Flota de EEUU.
El experto subrayó que Arabia Saudí tiene dos objetivos principales en la región: primero, pretende convertir a Doha en un "sirviente" dependiente de Riad —como ya lo hizo con el Gobierno actual en Saná—; segundo, planea obtener las reservas de dinero catarí.
Según Ahmed, "la política del Estado saudí se basa en el robo y el saqueo desde su fundación, puesto que los saudíes eran piratas del desierto y ahora, vuelven a necesitar desesperadamente dinero".
El presidente estadounidense, Donald Trump, dejó claro a los saudíes que espera que inviertan más dinero en el presupuesto militar de EEUU.
"Los saudíes necesitan más dinero. Ahora, tras la demanda de Trump, se quedarán sin dinero y por esto están desesperados por nuevas infusiones de dinero en efectivo", concluyó.
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