El 5 de junio Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Yemen, Maldivas y Libia Oriental rompieron relaciones diplomáticas con Catar. Concentraron así la atención mundial por la secuelas que puede tener esa decisión para una zona ya de por sí convulsionada. El pequeño emirato fue acusado de injerencia en asuntos internos, de alinearse con Irán y de financiar grupos terroristas.
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Para Botta, "la construcción del eje anti iraní interesa especialmente a Arabia Saudí, que ha basado casi toda su política exterior en esta idea". Por su parte Federico Gaón afirmó que "esto tiene que ser conectado con el discurso de Donald Trump el mes pasado en Riad. No es casualidad que ahora los Estados Unidos ven la oportunidad de saldar cuentas con Catar".