"La decisión de romper las relaciones diplomáticas con Catar se debe a su obstinación en mantener la misma política", señala el documento.
Según el comunicado, "Catar trabajaba en difundir la anarquía y el desorden en una serie de Estados árabes".
"La política de Catar en la región estaba relacionada con el apoyo de organizaciones terroristas y la difusión de ideas extremistas", añade el texto.
El lunes Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos anunciaron la ruptura de las relaciones diplomáticas y la suspensión de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con Catar, tras acusar a Doha de apoyar el terrorismo.
Horas después, se sumaron a la medida Libia, Yemen y las Maldivas.
Catar lamentó este bloqueo diplomático calificándolo de "injustificado", y aseguró que todas las acusaciones carecen de fundamento.
El conflicto entre Catar y otros actores regionales se desató después de que la agencia de noticias QNA citara unas supuestas declaraciones del emir catarí a favor de normalizar las relaciones con Irán.
Las declaraciones fueron publicadas una semana después de la cumbre de EEUU y varios países musulmanes en Riad, en la que el anfitrión del encuentro, Arabia Saudí, condenó a Teherán en nombre de todos los participantes por implementar una política hostil en la región.
El Ministerio de Exteriores catarí afirmó más tarde que el polémico discurso era falso, obra de piratas informáticos que habían atacado el sitio web de la agencia, pero Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos dieron poco crédito a la explicación.
La actual crisis diplomática entre Catar y otros países de la región no es la primera.
En 2014, Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores de Doha en protesta por el apoyo catarí a organizaciones chiíes que consideran terroristas.