De acuerdo con Shostak, la parte que corresponde a Catar en la producción de crudo entre los miembros de la OPEP es la más insignificante —alrededor de 600.000 toneladas anuales—. Por consiguiente, sus acciones no pueden influir mucho en las cotizaciones bursátiles.
Mientras tanto, el bloqueo a Catar pone en peligro el propio acuerdo de disminución de la producción de petróleo.
"Si salen a luz serias diferencias entre los países miembros de la OPEP, quedará en cuestión la posibilidad misma de la aplicación de este acuerdo", expone el experto.
En lo que se refiere al gas, Catar es uno de los mayores productores. Doha suministra gas a muchos países, entre ellos Egipto. Los mayores operadores del mundo, como Vitol, Glencore y Trafigura, compran casi en su totalidad las existencias de gas catarí, aunque ahora tendrán que buscar con qué sustituirlo. Por eso, en un futuro próximo, la demanda y el precio del gas natural pueden crecer en todo el mundo, señala el experto.
Este 5 de junio, Egipto, Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos anunciaron la ruptura de relaciones diplomáticas con Catar, acusándolo del apoyo a organizaciones terroristas y de la desestabilización de la situación en Oriente Próximo. Las autoridades del este de Libia, Yemen y las Maldivas se unieron al boicot ese mismo día.