El 5 de junio de 1967, Israel atacó a tres países vecinos e impuso su poderío militar en la que quedó conocida como Guerra de los Seis Días. Como resultado, los israelíes ampliaron el territorio propuesto por Naciones Unidas en 1947 y mantuvieron la expansión de sus fronteras mediante una política de ocupación con asentamientos judíos en esas tierras. Para Abdel Rahim, ahí yace el corazón de los conflictos del Mundo Árabe.
A su juicio, antes de lanzar una guerra contra el terrorismo, es necesario resolver la cuestión israelí-palestina, que es central para los árabes. En entrevista con el programa Telescopio, de Sputnik, el diplomático insistió que "la única fórmula" de resolución es el principio de 'dos Estados'.
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Es un proceso largo y difícil, mucho sacrificio para llegar a estos logros que hoy podemos tocar. A partir de 1948, con la Nakba, empieza la catástrofe palestina, el desalojo del pueblo de su patria y su vida en el exilio. Ese proceso largo nos ha costado muchos mártires, muchos heridos, pero seguimos gracias a la esperanza que sembró nuestro símbolo de lucha, Yasser Arafat, de que el futuro es nuestro y que el pueblo palestino jamás olvidará su derecho.
En 1950, dos años después de la Nakba, le preguntaron al primer ministro israelí por el destino de los palestinos, qué iba a pasar con ellos. Él simplemente dijo: "Con los palestinos no va a pasar nada, porque los viejos morirán y los jóvenes olvidarán". Los viejos palestinos han muerto pero han dejado una generación y sembraron la historia, que los derechos, las casas de los palestinos, están ocupadas, y eso no se ha olvidado.
Los jóvenes palestinos tienen bien presente el pasado y luchan por un presente mejor…
Por un presente y un futuro mejor. Para nuestra generación ha sido siempre claro que la lucha del pueblo palestino es de generaciones, porque lo que enfrentamos no es simplemente un enemigo común, no es un ocupante, un colonialista que termina y se va, nosotros estamos enfrentando un plan de colonialismo de asentamientos. Quiere decir: tomar la tierra palestina y exterminar al pueblo palestino. Quieren nuestra tierra pero sin nosotros. Esto ha sido muy claro y por eso enfatizo en los jóvenes. Yo he sido de una generación después del 48 y ahora tengo hijos a quienes les estoy plasmando que es un derecho que nunca se puede olvidar.
¿Puede explicar qué pasó hace 50 años, en la Guerra de los Seis Días?
¿Qué recuerdo personal tiene de esos días de 1967?
Cuando la Guerra de los Seis Días yo estaba en Jordania. Mi familia es de Jaffa, donde están las mejores naranjas del mundo. Incluso mi familia fue exportadora de naranjas y en 1948 tuvieron que salir por la fuerza, por todas las bandas sionistas que asesinaban y los expulsaron. Yo nací después, en una casa de campaña en un campo de refugiados de Jordania. Ahí crecí, me educaron y seguí la lucha que hoy continúo en esta frontera de diplomacia y política.
Recuerdo que en 1948, cuando trataron de borrar a Palestina de la agenda internacional, la Agencia de Refugiados Palestinos de Naciones Unidas mandaba comida y ropa. Eramos chiquitos y venían los sacos de arroz y azúcar que tenían una imagen con dos manos saludándose. La gente con estos sacos hacía pantalones cortos para los niños y a veces quedaban las dos manos en la parte de atrás del pantalón.
Entonces uno se preguntaba: ¿Cómo es esto? ¿Mandan comida para salvar refugiados pero a la vez mandan las armas más sofisticadas a Israel para matarnos? Esta imagen hasta hoy no se puede borrar. Pero te da el estímulo de que quien tiene un derecho y tiene que luchar por el. Es la causa palestina, la esperanza del pueblo palestino, el anhelo de tener un Estado independiente, vivir en paz.
Israel continúa la ocupación desde 1967 y sigue avanzando con los asentamientos en Cisjordania y Gaza, a pesar de la condena internacional. ¿Qué caminos vislumbra para que se retire de los territorios ocupados?
Todos los asentamientos son considerados ilegales de acuerdo al Derecho Internacional. Cuando la gente habla del conflicto árabe-israelí o palestino-israelí, se discuten otros temas pero no la esencia, que es la ocupación. El mundo está exigiendo a Israel terminar la ocupación de la Guerra de los Seis Días. Está la resolución número 242 de 1967, que exige a Israel que se retire de los territorios ocupados y también reafirma el derecho de los refugiados palestinos a retornar a su comunidades. Israel no respeta ninguna resolución de las Naciones Unidas. La única que reconoce es la de su misma creación, pero esa resolución habla de Dos Estados, no de uno. Reconocieron una parte y olvidaron la otra.
Nosotros queremos la libertad, vivir en paz, pero no bajo la ocupación que Israel está llevando a cabo. Nosotros exigimos, como en el acuerdo de Oslo de 1993, que haya un reconocimiento mutuo. Pero al primer ministro Benjamin Netanyahu le duele cuando se habla de la fórmula de los Dos Estados o del Estado Palestino. Hoy en día estamos estancados. Hace bastante tiempo no hay conversaciones de paz, no hay diálogo, porque no se puede hablar de diálogo construyendo asentamientos y anexando territorios.
¿Usted ve un avance en el reconocimiento de las reivindicaciones palestinas en el mundo?
Sin duda, creo que nuestra política internacional ha ganado este apoyo y solidaridad por ser una política objetiva y de paz. Ahora Israel está enfrentando muchas presiones internacionales, varias resoluciones de Asamblea General de las Naciones Unidas. Hay que destacar la resolución del Consejo de Seguridad de diciembre 2016, cuando por primera vez EEUU no utilizó el derecho al veto. Esto es muy importante.
¿Qué balance hace de la huelga de hambre de 40 días de cientos de palestinos presos en cárceles israelíes?
Es una muestra de la voluntad de los palestinos. En las cárceles israelíes hay 6.500 prisioneros entre mujeres, niños, y personas mayores, y hay gente que lleva más de 30 años. Estos son prisioneros políticos o de guerra. Están en la cárcel porque luchan por sus derechos. Y nosotros luchamos con la ley internacional, que está de nuestro lado, como arma. La voluntad de los prisioneros, con los 40 días de huelga de hambre, ha sido exitosa. Ellos planteaban pedidos humanitarios, mejorar las condiciones, contra los castigos que impone la ocupación israelí, que no pueden recibir visitas de su familia o no pueden tener acceso a libros o a medios de comunicación. La solidaridad internacional se ha manifestado de una forma tan efectiva que ha presionado a Israel a que aceptara esas condiciones y la huelga terminó coincidiendo con el primer día del Ramadán.
La causa central del Mundo Árabe es la causa palestina. Esto fue manifestado en todas las cumbres árabes. En la de Jordania de hace dos meses fue ratificada esa posición. Fue un mensaje político muy importante a nivel internacional: 'No hay que ir a lanzar una guerra contra el terrorismo antes de resolver el problema palestino', porque arreglando el problema palestino se va a resolver todo ese problema en el Medio Oriente. Nosotros estamos en contra del terrorismo y estamos por la paz.
El presidente palestino Mahmud Abbas fue invitado a Washington, podemos hablar de que el mensaje palestino llegó a la Casa Blanca. Es importante destacar que el presidente Trump firmó la resolución de no trasladar su embajada a Jerusalén, porque es un paso ilegal en contra del derecho internacional. Es una buena señal de que la Administración norteamericana puede trabajar hacia la paz en la zona.
Donald Trump ha recibido y visitado al presidente palestino y al primer ministro israelí. ¿Usted ve posible que Estados Unidos favorezca el entendimiento entre las partes?
Nosotros creemos que el señor Trump quiere hacer algo, ojalá podamos decir como le dijo el presidente palestino 'estamos contigo para resolver este problema'. Y la única forma de resolverlo es terminar la ocupación, crear el Estado palestino, que haya Dos Estados y libertad y seguridad para todos. Este es nuestro reclamo. Sin resolver el problema palestino no puede haber paz en el Medio Oriente.