"Llamamos a los terroristas restantes a rendirse mientras tienen esa oportunidad", dijo el portavoz de las Fuerzas Armadas de Filipinas (FAF), general de brigada Restituto Padilla, citado por el diario digital Inquirer.net.
"No rendirse significará una muerte inminente", advirtió Padilla.
El portavoz dijo que ese mensaje busca minimizar las víctimas, pero al mismo tiempo dejó claro que las FAF continuarán ataques aéreos de precisión eliminar las últimas bolsas de resistencia y prevenir daños colaterales.
Hasta el momento, los militares rescataron a 560 civiles secuestrados por los combatientes de Maute, grupo vinculado al movimiento yihadista Abu Sayyaf y al autoproclamado Estado Islámico (Daesh, organización terrorista proscrita en numerosos países, entre ellos Rusia).
El general Eduardo Año, jefe del Estado Mayor de Filipinas, dijo en una entrevista con AP que entre los militantes abatidos en Marawi hay tres malasios, un indonesio y, probablemente, varios árabes.
Por lo menos 90.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares debido a los combates.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, impuso una ley marcial en todo el archipiélago de Mindanao.