El Parlasur decidió "rechazar la militarización y la represión violenta a las manifestaciones pacíficas de los movimientos sociales", en sintonía con pronunciamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y el Alto Comisionado de la ONU en la materia.
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En declaraciones a Sputnik, el diputado Jean Wyllys, del partido Socialismo y Libertad (PSOL), indicó que dichos miembros pretendían "mentir diciendo que en Brasil la democracia y las instituciones están funcionando plenamente, cuando en la realidad el 90% de la población están contrarias al Gobierno corrupto".
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"El Parlamento brasileño no goza de respeto ni de credibilidad ante la población. Las personas salieron a las calles para pedir [elecciones] ‘directas ya'. La respuesta del Gobierno fue atacar las manifestaciones con la Policía Militar y llegó a convocar al Ejército el miércoles pasado [24 de mayo]", explicó el brasileño, que cuando expuso en el plenario del Parlasur esta situación recibió insultos de sus colegas.
Para Wyllys, quien también es diputado federal por Río de Janeiro, la democracia en Brasil "fue golpeada" y actualmente atraviesa por un proceso que "interesa a las élites económicas" del país, que intentan implementar "reformas que el pueblo desaprueba".
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Según Wyllys, los audios trascendidos "dejaron al Gobierno y al campo político que lo sustenta en una encrucijada". Neves, miembro del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), fue suspendido de su banca en el Senado Federal tras su presunta implicación en el recibo de sobornos.
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"Antes el Gobierno y las personas usaban el signo de la corrupción para justificar el golpe, la falta de respeto a las garantías jurídicas y las reformas. Ahora, la delación de los hermanos Batista mostró que ellos son corruptos e hipócritas, sobre todo porque engañaron a la población. En este momento hay un país más inestable, se agravó la crisis política y eso llevó a muchas más personas a la calle", consideró el diputado.
"Las personas no quieren que el Parlamento elija el presidente indirectamente. El Parlamento no goza de credibilidad. El pueblo quiere elecciones directas ya, las voces de la calle tienen que ser respetadas, no solo en Venezuela, sino también en Brasil. No se pueden tratar con balas o presiones", concluyó.