"Sorprendió mucho", disparó Alejandra Trelles, como quien todavía digería el resultado de este año del Palmarés, como se denomina a los premiados en la competencia principal del Festival de Cannes. En diálogo con Sputnik, la programadora artística de la Cinemateca Uruguaya compartió sus impresiones sobre el evento más importante del cine mundial, el cual acompañó en persona.
A su juicio, la Palma de Oro, máxima premiación del evento, otorgada al sueco Ruben Östlund por el drama 'The Square', cayó como una sorpresa para la crítica presente. De acuerdo con la programadora artística de la Cinemateca Uruguaya, había mucha expectativa en torno a '120 latidos por minuto', del francés Robin Campillo, sobre activistas por los derechos de las personas portadoras de VIH en los años 1990 en Francia.
"Hubo muchas películas en la competencia oficial que tenían ese tema de la crueldad y ese drama existencial que sufren los personajes, como la propia vencedora. En esa línea también estaba la obra de Michael Haneke, quien podría haberse convertido en el primer director en ganar su tercera Palma de Oro con 'Happy End', una producción muy incómoda sobre la alta burguesía francesa", consideró.
Otro ejemplo de ese estilo cruel se dio con la cinta 'You were never really here' (Nunca estuviste realmente aquí), de Lynne Ramsay, que se llevó el premio de mejor actor por la actuación de Joaquin Phoenix en el papel principal. Trelles remarcó que el hollywoodiano logró un consenso entre la crítica por su buena performance, si bien la obra dividió las opiniones respecto a las escenas explícitas de violencia.
La experta uruguaya también destacó la elección de Sofía Coppola al galardón de mejor dirección por la película 'The Beguiled' (Los engañados). "Fue la segunda mujer en la historia de Cannes en ser reconocida con tal distinción", resaltó. Por otro lado, la programadora artística lamentó la ausencia de películas latinoamericanas en la competencia principal.
"Todos los años siempre hay por lo menos una o dos producciones de América Latina, sea de México o de Argentina, o incluso Brasil como el año pasado, pero este año no hubo ninguna de la región", criticó.
"La polémica estuvo presente todo el tiempo, incluso entre críticos que prefirieron ver películas de una sesión paralela porque sabían que las de Netflix estarían disponibles en poco tiempo. Hubo un momento en que surgió una sospecha de amenaza de bomba en función de una mochila abandonada y se desalojaron todas las salas del festival por miedo a un eventual atentado. Entonces surgieron muchas bromas de que el episodio hubiera sido provocado por Netflix para que la gente se diera cuenta de que es mucho más difícil que pongan un explosivo debajo del sofá de tu casa que en una sala de cine, como para asustar a las personas y provocarlas a ver películas en casa", contó.