El arrecife perteneció a Filipinas hasta 1995, cuando fue arrebatado por Pekín, quien actualmente lo administra. Asimismo, China construye, desde 2015, una serie de islas artificiales que dan cobijo a una pista de aterrizaje, a cuatro grandes hangares para bombarderos, a 24 hangares pequeños para cazas de combate, a cuatro sistemas artilleros antimisiles y a dos radares, además de a fábricas de cemento y embarcaderos.
Como el arrecife está situado a menos de 250 kilómetros de la isla de Palawan, perteneciente a Filipinas, está en los límites de la zona económica exclusiva del país. Sin embargo, China ha declarado que Mischief es parte de su territorio, que ocupa unos 20 kilómetros de las aguas territoriales. Por lo que Pekín expresó "su más rotunda protesta" por la incursión del destructor estadounidense en esta zona.
Asimismo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China advirtió a Washington de que corre el riesgo de socavar seriamente las conversaciones entre las partes interesadas en el mar del Sur de China y exhortó a Estados Unidos a abstenerse de realizar más maniobras en la zona.
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La 'operación para garantizar la libertad de navegación' de Estados Unidos es la primera desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Hasta ahora, el presidente se había opuesto a todo ofrecimiento semejante por parte del Ejército estadounidense. Por lo que los analistas habían llegado a la conclusión de que la política del Gobierno de Trump llevada a cabo con China tenía como objetivo aliviar las tensiones entre ambos Estados para conseguir el apoyo del país asiático a las pretensiones norteamericanas contra Corea del Norte.
Por lo tanto, que el destructor estadounidense pase por las islas debería tranquilizar a los países que dependen del apoyo de Estados Unidos frente a China, dicen los analistas.
"Esta operación para garantizar la libertad de navegación ha comenzado una semana antes de que tenga lugar una importante reunión en Singapur entre los ministros de Defensa de los países del Sudeste Asiático y será recibida con alivio entre la mayoría de los países de la región", cita Financial Times a Thomas Wright, experto en relaciones internacionales del Institución Brookings.
El medio también cita a Andrew Shearer, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington.
"La libertad de navegación en la región occidental del océano Pacífico es muy importante como para sacrificarla por la dudosa promesa de China de cooperar en otras cuestiones, incluso si son tan importantes como la de Corea del Norte", afirma el experto.
Según Mosiakov, no es ninguna casualidad que el destructor norteamericano se haya dirigido al arrecife de Mischief, que figura en una demanda de Filipinas contra China ante el Tribunal de La Haya. Aunque Pekín no reconoció la decisión del Tribunal, que afirmaba que las aspiraciones territoriales de China no tienen base legal, el país ha intensificado sus relaciones bilaterales con los dos países que reclaman el territorio —Vietnam y Filipinas—, haciéndoles partícipes de los beneficios de la cooperación económica.
Según Mosiakov, Estados Unidos se ha visto obligado a reaccionar ante esto, explica.
¿Estados Unidos tomará más medidas en el mar del Sur de China? La posición del nuevo presidente norteamericano sobre esta cuestión no está del todo definida, al igual que no está claro bajo qué acontecimientos Trump puede cambiar su posición, lo cual es muy peligroso cuando se trata de conflictos internacionales entre dos fuertes potencias que pueden llevar al mundo a un serio conflicto, concluye el experto.