"La manera en que México colaborará con este esfuerzo será mediante la declinación natural administrada de la producción de hidrocarburos líquidos hasta por 100.000 barriles diarios", dijo Coldwell durante su participación en la Convención Nacional Petrolera.
El titular del gabinete federal de Energía anunció que México respaldará en la reunión de Viena este miércoles extender hasta marzo de 2018 el acuerdo firmado el 10 de diciembre pasado por la OPEP y otros grandes productores que no integran el cartel, como Rusia y el propio México.
"México considera que el acuerdo de seis meses para restringir el crecimiento de la oferta ha sido útil, pero insuficiente para eliminar el exceso de inventarios registrado, por lo que vamos a respaldar en la reunión de Viena extender por nueve meses más el acuerdo que se firmó el 10 de diciembre", dijo Coldwell al foro petrolero.
El país batalla por frenar la caída sostenida de su producción petrolera, que ha mantenido un declive constante durante 12 años desde su pico alcanzado en 2004, cuando produjo 3,4 millones de barriles diarios, perdiendo desde entonces casi 40% de su extracción histórica de hidrocarburos.
A pesar de los contratos por unos 70.000 millones de dólares firmados con petroleras extranjeras y privadas desde 2015, la producción mexicana seguirá bajando de los 2,16 millones de barriles diarios registrados el año pasado, hasta 1,94 millones en promedio total al final de este año, que será el peor año desde 1980.
La recuperación de la producción mexicana es esperada por las autoridades para fines de 2018.
Contra la sobreoferta
Pero no puede participar directamente en un recorte, porque su producción ha estado mermado en los últimos años por falta de inversión, la declinación natural de sus reservorios y la sobreexplotación del yacimiento de Cantarell, que llegó a producir alrededor de dos millones de toneles al día en 2004 en las aguas poco profundas cercanas a las costas del Golfo de México.
En los últimos dos años, la industria petrolera mundial fue golpeada por el derrumbe de los precios del petróleo, causado por una sobreoferta estimada por expertos en al menos dos millones de barriles en los flujos internacionales de combustibles fósiles, provocada por algunos de los grandes productores.
La caída de precios obligó a las petroleras de todo el mundo a diferir sus inversiones y disminuir sus actividades, incluso en muchos países latinoamericanos, pero también en los estados de Texas y Dakota del Norte en EEUU, que buscaron hacer más eficientes sus procesos.
"México valora los esfuerzos de los países miembros y no miembros de la OPEP para normalizar el mercado de crudo y alcanzar precios más estables, más predecibles, que permitan a las empresas planificar y administrar sus portafolios de inversión de mejor manera", puntualizó Coldwell.
La OPEP, Rusia y otros productores acordaron abatir la extracción en al menos 1,8 millones de barriles diarios, durante seis meses a partir del 1 de enero.
Además de México, la prolongación del recorte ya fue apoyada grandes países productores, como Arabia Saudita, Irak y Rusia.