"Hay que mantener eso, ¿ok?", habría dicho el presidente cuando los dueños de la empresa cárnica JBS, Joesley Batista y Wesley Batista, le informaron de que estaban pasando una cantidad mensual de dinero a Cunha para que no hablase, según una grabación de la conversación, que los dos empresarios hicieron de manera subrepticia, afirma el diario.
Según la grabación citada por el diario, Temer indica que el diputado Rodrigo Rocha Loures (del gobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño) resuelva un asunto de una empresa filial de JBS y, acto seguido, éste reciba una maleta con 500.000 reales (casi 160.0000 dólares) enviados por Joesley Batista.
Es entonces cuando Batista le informa, siempre según el reporte del periódico, de que también se está sobornando a Cunha para que no aporte detalles del esquema de corrupción destapado con la Operación Lava Jato, y por el que el expresidente de la Cámara está encarcelado en Curitiba (sur) y condenado a 15 años y cuatro meses de prisión por corrupción y blanqueo de dinero.
Neves habría sido grabado pidiendo dos millones de reales (637.000 dólares) a Joesley Batista, y el dinero habría sido entregado a un primo del presidente del PSDB, en una escena grabada con cámaras ocultas por la Policía Federal, que rastreó el camino del dinero y descubrió que se depositó en una cuenta del senador Zeze Perrella (PSDB).
Joesley Batista también confesó a la Procuraduría General que distribuía dinero al opositor Partido de los Trabajadores (PT) y que durante el Gobierno de Dilma Rousseff (2011-2016) su contacto era el entonces ministro de Economía y Hacienda, Guido Mantega, que defendía los intereses de JBS en el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), una entidad estatal.
Temer ya fue acusado en anteriores ocasiones de corrupción en el caso Odebrecht, pero hasta ahora no había pruebas y además el Tribunal Supremo Federal —el órgano capacitado para mandar investigarlo— no podía actuar porque los supuestos delitos se habían cometido antes de que iniciara su actual mandato.
Un presidente solo puede ser juzgado por delitos cometidos durante su gestión.