"La percepción supera el nivel del 60% entre hombres y mujeres, en todas las franjas de edad, en las cinco regiones del país y en todos los grupos de renta y escolaridad", apunta el informe, según publica el diario Folha de São Paulo.
La Fiscalía acusó a Temer de participar en una reunión en 2010 en la que miembros de su formación, el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) pedían a empresas involucradas en la trama corrupta dinero para financiar su campaña electoral de forma ilegal.
El presidente confirmó que estuvo en esa reunión, pero negó que se hicieran ese tipo de peticiones y en cualquier caso no puede ser investigado mientras esté en el cargo, puesto que goza de inmunidad.
La encuesta de Datafolha también muestra que 82% de los brasileños cree que Temer debería haber expulsado a los ocho ministros que sí están siendo investigados por el Tribunal Supremo Federal por presuntos delitos de corrupción.
Para el 77% de los encuestados otros políticos —congresistas, gobernadores y alcaldes— también deberían dejar sus cargos por estar en el punto de mira de la Justicia.
A pesar de que la Operación Lava Jato sacó a la luz el mayor escándalo de corrupción en la historia reciente del país y acabó encarcelando a importantes autoridades muchos brasileños no confían en sus efectos a largo plazo.
El 44% de los entrevistados cree que el nivel de corrupción en Brasil seguirá igual después de la Lava Jato y el 7% incluso cree que aumentará; por lo tanto más de la mitad de brasileños (51%) no cree que vaya a tener efectos duraderos contra la corrupción.
La Operación Lava Jato arrancó en 2014 como una investigación sobre desvíos en la empresa semiestatal Petrobras y con el tiempo desveló un esquema de corrupción del que se beneficiaron exdirectivos de la compañía, empresarios y políticos de prácticamente todo el arco parlamentario.