El ataque podría haber sido altamente exitoso si no hubiera sido cancelado después de que ambos países firmaran un acuerdo. Además, según Mizokami, los políticos estadounidenses estaban preocupados por la probabilidad de una guerra a gran escala que "podría consumir todo la península coreana".
No obstante, pronto el Yongbyon entró en pleno funcionamiento y se utilizó para fabricar las armas nucleares. Las grandes fuerzas convencionales de Pyongyang, además de las armas nucleares, químicas y biológicas, y "el temor al caos social en caso del colapso del Gobierno" hasta el momento "han disuadido a sus vecinos y EEUU de una mayor acción militar".
¿Cómo Corea del Norte logra frenar al superpoder militar, y qué haría para defenderse en tiempos de guerra?, se pregunta Mizokami.
La primera consiste en el gran Ejército permanente, la Marina y la Fuerza Aérea de Pyongyang. El Ejército Popular de Corea —"aunque mal suministrado y lleno de equipos anticuados"— cuenta con 1.190.000 soldados en el servicio activo. Las Fuerzas Armadas del país tienen una "doctrina ofensiva" y en caso de guerra, "tratarán de capturar Seúl tal pronto como sea posible".
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Corea del Norte también disuade la acción militar extranjera a través de sus inversiones en armas nucleares, químicas y radiológicas.
"Puede tener solo un puñado de armas nucleares, pero nadie sabe dónde están, cómo y a dónde pueden ser entregadas", expresa el columnista.
Asimismo, según varios informes, el Ejército de Corea del Norte podría entrenarse para llevar a cabo ataques tanto cercanos, como lejanos con las llamadas 'bombas sucias' y otros dispositivos de dispersión radiológica.
A juicio del autor, el país norcoreano organiza "ataques de atención" e instiga batallas entre las dos marinas coreanas en el mar no para llamar atención, sino para "dar la impresión de que el país es impredecible y cualquier acción militar podría resultar en una guerra total".
Armas norcoreanas
Sin embargo, según Mizokami, el país no está lo suficientemente equipado para defenderse. La tecnología militar de Corea del Norte —desde los radares de alerta temprana hasta los tanques— fue útil en la década de los 80, pero ahora necesita reemplazos.
"La escasez de suministros y piezas de recambio, en particular para la electrónica sofisticada, los alimentos y el combustible, podría impedir que los militares sean capaces de llevar a cabo una defensa eficaz", subraya el periodista.
Asimismo, Corea del Norte dispone de 50 bases de radar en todo el país que monitorean el espacio aéreo. No obstante, casi todos de estos radares ya son obsoletos, por lo cual es poco probable que sigan funcionando. Su alcance es muy corto y, aunque funcionaran todos, no serían capaces de identificar y monitorear una acumulación regional de fuerzas aéreas y marítimas.
"El primer signo de una acción militar extranjera que oiría Kim Jong-un serían explosiones en Pyongyang", profundiza.
Según prosigue, las fuerzas norcoreanas se desintegrarían contra un asalto sostenido, aunque la artillería tuviera "cierto grado de éxito" en la etapa inicial de una guerra. Así, las unidades individuales se quedarían rápidamente sin municiones y acabarían destruidas por la fuerzas de ONU.
La posibilidad más peligrosa consiste en que Corea del Norte adopte la estrategia de Irak y comience una campaña de guerrillas contra las fuerzas estadounidenses y surcoreanas.
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El líder norcoreano cuenta con un gran número de "individuos fuertemente armados y políticamente adoctrinados" que librarían una guerra de guerrillas contra cualquier persona que intentara ocupar el territorio norcoreano, un "país excelente para una insurgencia, como lo mostró la historia coreana".
"Si las autoridades se fueran bajo la tierra, desde la miríada de instalaciones subterráneas del país podrían dirigir una guerra de guerrillas hasta que las potencias ocupantes ofrecieran negociaciones", reflexiona Mizokami.
Corea del Norte es un Estado construido para proteger a la dinastía Kim, y como tal, sería una "nuez formidable difícil de romper", profundiza el autor. La ironía consiste en que Pyongyang "sigue fortaleciéndose con el desarrollo de los misiles balísticos intercontinentales y pide que se intensifiquen las acciones militares con él".
"Los rendimientos decrecientes del programa nuclear del país podrían hacer que su líder sea más abierto a las negociaciones. La alternativa es tan terrible que es difícil de contemplar", concluye.