"Si Rusia gana la licitación para los helicópteros, lo que es muy probable, los expertos egipcios les darán acceso a la documentación completa del Mistral a los ingenieros y diseñadores navales rusos", explica Sítnikov.
"Es decir, Moscú ha recibido la documentación del Mistral por nada o, siendo más precisos, por el dinero del Cairo", señala el columnista.
Sin embargo, es probable que el mayor ganador sea Egipto, opina el autor. Después del despliegue de la Flota egipcia del Sur, el Cairo se convertirá en una potencia marítima regional y será capaz de proteger el recientemente descubierto enorme yacimiento de gas cerca de su zona económica exclusiva.
Sítnikov recuerda que en enero de 2017, Egipto anunció la creación de su Flota del Sur.
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En este sentido, según el periodista, el papel crucial lo están desempeñando Rusia y Francia. El país eslavo promovió la venta de los Mistrales específicamente a Egipto, que había sufrido un drástico deterioro de las relaciones con EEUU en verano de 2013, tras el derrocamiento de presidente Mohamed Mursi.
"La descarada intervención de Estados Unidos en los asuntos internos de Egipto mediante el apoyo a la denominada Primavera Árabe se convirtió en una ducha de agua fría para la mayoría de los egipcios, que se dieron cuenta de que los estadounidenses les estaban empujando hacia un abismo", explica el autor.
"Como resultado, al desobedecer a EEUU, Francia recibió contratos militares adicionales; Rusia obtuvo la documentación del Mistral y un nuevo aliado estratégico; Egipto se convirtió en una potencia marítima", explica el periodista.
En 2014, Francia construyó dos portahelicópteros de tipo Mistral para Rusia. Sin embargo, en agosto de 2015, el presidente galo decidió cancelar el contrato con Moscú debido a los acontecimientos en Ucrania.
Después de eso, Egipto decidió comprar esos buques de asalto anfibio a Francia, con el permiso ruso. Por su parte, los representantes de Rusia anunciaron su disposición de vender el respectivo equipo a Egipto.
Según el diario Le Monde, el costo de la documentación del diseño, obtenida por Moscú, fue de 220 millones de euros.
Al mismo tiempo, desde el punto de vista formal, Francia cumplió con todos los requisitos de Washington respecto al boicot contra Moscú, observa el autor.
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Como resultado, París recuperó la reputación de fiable proveedor de armas, lo que tuvo un impacto positivo en el sistema francés de exportaciones militares, que logró aumentar drásticamente los volúmenes.
El rechazo a suministrar los Mistrales a Rusia tuvo un impacto negativo en la reputación de la empresa STX Francia, en particular, y en toda la imagen de la industria de defensa francesa, en general.