"El principal problema al que se enfrenta el sistema antimisiles estadounidense es el poco tiempo del que dispone para detectar los misiles norcoreanos una vez lanzados, para trazar su trayectoria y para dirigir hacia ellos sus misiles antibalísticos", dijo Evséyev.
Además, para que sus satélites los detectasen, éstos tendrían que estar a una altura de más de 100 kilómetros, se muestra convencido Evséyev.
"En cuanto al Pukguksong-2, misil balístico de combustible sólido de medio alcance, la fase de ascenso es bastante corta: unos tres minutos. Esto lo convierte en un blanco difícil para cualquier sistema antimisiles", afirmó Evséyev a propósito del despliegue del THAAD en Corea del Norte.
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Anteriormente, la NBC News comunicó que este sistema ya estaba operativo para interceptar misiles norcoreanos, citando a un funcionario estadounidense. A finales de abril, el presidente de EEUU, Donald Trump, exigió a Corea del Sur pagar 1.000 millones de dólares por dicho despliegue, a lo que Seúl se negó, diciendo que las condiciones de su instalación ya habían sido negociadas desde el principio.