En el marco de las pruebas, llevadas a cabo a finales de marzo en un área controlada en el desierto californiano, una versión sin carga explosiva de la GBU-12 (adaptada especialmente para el ensayo) logró golpear con éxito a una pequeña camioneta.
O'Fallon subrayó, sin embargo, que la GBU-12 es un arma con muchos años de servicio en múltiples plataformas. Así que las recientes pruebas se llevaron a cabo no para probar la propia arma, sino para examinar prácticamente el uso de la bomba en los F-35.
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El ingeniero subrayó que el objetivo del ensayo era poner a prueba el sistema de detección y orientación de la aeronave, combinado con la lógica armamentística de la bomba. El resultado de las pruebas será utilizado para certificar el uso de la GBU-12 en los F-35.
El programa de desarrollo del caza polivalente de quinta generación ha sido considerado por muchos expertos un fracaso de las Fuerzas Armadas de EEUU. La razón es su alto precio, que ronda los 1,4 billones de dólares, además de sus numerosas deficiencias críticas de rendimiento y problemas de mantenimiento.