Existen varios tipos. Está el insomnio agudo, cuando uno está nervioso por algo puntual y no duerme. Según la médica especializada en Medicina del Sueño, ese tipo no se trata, pero se puede enseñar a manejarlo y no es necesario dar una medicación porque cuando pase el estrés se irá. Este tipo es común en estudiantes en época de exámenes y profesionales con alguna entrega.
También existe el sub agudo. Este puede observarse en personas con tensión prolongada provocada por situaciones como un divorcio, una mudanza, un familiar enfermo. Algunas personas pueden tener entre dos y tres meses de excesiva preocupación, y dormir mal cuatro días a la semana. "Estos individuos necesitan asistencia para superar su problema", aclaró Daraio.
Luego está el insomnio crónico, el más grave. "La persona puede pasar despierta cinco días por semana, y cuando finalmente duerme lo hace mal. Esto impacta su rendimiento al día siguiente. Es una patología muy frecuente. Hay gente que tiene este problema durante años o décadas", indicó la neuróloga.
Según la especialista, el 60% de los casos de insomnio crónico tienen alguna causa psiquiátrica como ansiedad o algún cuadro depresivo y el insomnio aparece como un síntoma. "En esos casos hay que hacer un diagnóstico para ver qué tratamiento aplicar a la enfermedad de base", aseguró.
Más allá de que todas las personas sufran situaciones de estrés, no todas sufren trastornos en el sueño. Esto tiene que ver con cada uno. "La explicación es que hay personalidades más predispuestas que otras. Además, no siempre el insomnio se debe a cuestiones emocionales. Algunos casos son por causas biológicas. Esto es frecuente en mujeres que están atravesando los cambios hormonales de la menopausia o individuos con hipertiroidismo", señaló.
Para superar este padecimiento, la especialista recomienda quedarse en la cama el tiempo que uno pretende dormir, no permanecer en ella si no es necesario. "No importa si logra dormir o no. Hay que acostumbrar al cerebro a que restrinja el tiempo de sueño al tiempo que circunscribimos el descanso. Eso puede mejorar mucho el humor de las personas. Lo peor que puede hacer una persona que quiera dormir bien es utilizar la cama como el centro de su vida: hablar por teléfono, trabajar, leer, comer. Hay mucha gente que hace todo en la cama menos dormir", remarcó.
Los trucos de la abuela también pueden ser útiles, pero no todos. "El vaso de leche tibia ayuda. Contiene un alto índice de serotonina. En general todo lo que es hidratos de carbono y lácteos son amigos del sueño, carnes rojas y picantes todo lo contrario. Los baños calientes y muy largos tampoco ayudan. El cerebro tiene que enfriarse para irse a dormir", concluyó.