Sin embargo, según Robledo, ese punto fue sólo un disparador para rebelarse e intentar modificar internamente la estructura de la fuerza. El conflicto finalizó el 19 de abril de 1987.
"El objetivo inmediato fue sí algún tipo de amnistía. Sin embargo ese tema se solucionó en un mes cuando se aprobó la Ley de Obediencia Debida, por tanto los juicios [a los militares] fueron un síntoma de una enfermedad profunda y de una grave crisis en el Ejército, que enfrentaba a los mandos medios con los superiores. Los generales que Alfonsín había designado y eran mostrados como democráticos y leales al gobierno, o están muertos o están siendo juzgados, mientras que los Carapintadas están libres porque no están comprometidos con la represión ilegal", apuntó el autor del libro 'Felices Pascuas'.