"Fue el arma precisa contra un objetivo preciso", aseguró el general en rueda de prensa.
Y fue el momento correcto, añadió, para usar la GBU-43 tácticamente.
U.S. Bombs, Destroys Khorasan Group Stronghold in Afghanistan https://t.co/oDhjzaLuUw pic.twitter.com/xOMsYD5grt
— U.S. Air Force (@usairforce) 13 de abril de 2017
Nicholson afirmó que las fuerzas estadounidenses habían "tomado todas las precauciones posibles para prevenir víctimas civiles" en el ataque que, según informó esta mañana el Ministerio de Defensa afgano, se saldó con la muerte de 36 terroristas.
"Tenemos tropas estadounidenses en el lugar y no vemos evidencias de víctimas civiles", dijo el militar.
Nicholson destacó la determinación de EEUU para prevenir, conjuntamente con el Gobierno de Afganistán, que los terroristas establezcan refugios seguros en territorio afgano.
En Afganistán la presencia de Daesh se centra en las zonas limítrofes con Pakistán, en particular, Zabul y Nangarhar.
El 13 de abril, EEUU lanzó por primera vez la bomba GBU-43 sobre una red de túneles que los combatientes de Daesh utilizaban para desplazarse en el distrito de Achin, provincia de Nangarhar.
Con una longitud de 9,17 metros y un diámetro de poco más de un metro, la GBU-43 pesa 9,5 toneladas y es el explosivo convencional más potente del mundo, por lo que fue bautizada como "la madre de todas las bombas".
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Tiene un poder equivalente a 11 toneladas de trilita y genera una ola de explosión que se extienden a un radio de 1,6 kilómetros.