"Rusia no combate contra Ucrania, en nuestro conflicto hay dos bandos: Donbás y el régimen de Kiev", dijo Zajárchenko en una línea directa con los ciudadanos de Ucrania.
Asimismo, afirmó que la federalización en Ucrania, Georgia y Moldavia habría ayudado a evitar conflictos en estos países.
"Si se compartiera el poder, se introdujera una administración autónoma real, si se alejara el unitarismo y se realizara una federalización que considerara las peculiaridades nacionales y culturales de las regiones, todo sería distinto", indicó.
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El líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk expresó su decisión de seguir apoyando el proceso de Minsk.
"Minsk es la única cancha en la que podemos sostener un diálogo directo con Kiev, precisamente en Minsk podremos solucionar nuestras contradicciones sin el derramamiento de sangre si cambian las condiciones internas y externas en Ucrania", dijo reafirmando la disposición de apoyar el proceso de Minsk "mientras quede aunque sea la más mínima posibilidad de solucionar el conflicto por vía negociada".
Zajárchenko afirmó que existe una posibilidad real de establecer un diálogo con Kiev, pero solo podrá realizarse cuando cambie el Gobierno de Ucrania.
"Creo que podremos entablar un diálogo, aunque será difícil, la sangre derramada no es agua, no se olvidará pronto, (…) nosotros estamos dispuestos a iniciarlo", aseguró el líder de Donetsk.
Zajárchenko destacó que para hacer realidad las negociaciones, resulta imprescindible "apartar del diálogo a la élite perversa y avara" de Ucrania, que "no permitirá que se llegue a un acuerdo".
Según datos de la ONU, las hostilidades han provocado más de 10.200 muertos desde el inicio de la crisis.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.