"Ucrania debería 'soltar' a Donbás psicológicamente, económicamente, e incluso tal vez políticamente", subraya el autor.
En segundo lugar, la posesión de Donbás es un 'drenaje económico' para aquel que la controla, dada la caída económica que se ha dado en la región a causa de la guerra.
En tercer lugar, la reintegración de Donbás sería un suicidio para Ucrania, ya que esta región es capaz de detener el desarrollo político de Ucrania y su posible integración con Europa.
Para el experto, Ucrania debería negarse a las reformas acordadas en Minsk y "transferir a Rusia" todos los "gastos y la responsabilidad formal" que supone Donbás.
"Kiev debe elegir entre sus intereses estratégicos y su apego psicológico e ideológico con una región que ya ha perdido. Dada su precaria situación, la elección es clara", concluye el columnista.