Este Sistema de Ahorro Colectivo se dividirá en un 3% dirigido a las cuentas personales de los trabajadores y será un monto heredable.
En tanto, el 2% restante, irá a parar a un seguro de ahorro colectivo, de carácter "solidario".
"Estos recursos serán administrados con un fuerte carácter redistributivo, para que además de la solidaridad intergeneracional, exista apoyo hacia los que logran un menor ahorro y pensiones más bajas", aseguró Bachelet.
Esta cifra, se suma al 10% que actualmente se destina desde los sueldos de los trabajadores a las Administradoras de Fondos de Pensión (AFP).
Además, las compañías administradoras "dejarán de tener la exclusividad para nombrar directores en las empresas en las que invierten los fondos de pensión", ya que este rol se compartirá con los propios afiliados a través de una Comisión de Usuarios.
Planteó también la implementación de incentivos para que el cobro de comisiones de parte de las administradoras sea proporcional a los beneficios que perciben los usuarios.
"No es posible que cuando a un administrador de fondos le va mal, el único que asuma los costos sea el afiliado", remarcó.
La gobernanta subrayó que esta reforma podría mejorar las pensiones de los chilenos en promedio un 20%.
Miles de chilenos protestan hace años para exigir al Estado la regulación o incluso la derogación de los fondos privados de pensiones, creados en 1980, bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Según cifras de la Fundación Sol, el 90% de las jubilaciones en Chile son menores a los 220 dólares, un 60% menos que el salario mínimo.
Asimismo, rechazan la baja rentabilidad y los cobros excesivos en comisiones que realizan las AFP, que tendrían como grandes y únicos beneficiarios a la banca y el sistema de capitales.