El domingo 26 de marzo más de dos millones de chilenos se movilizaron, convocados por la Coordinadora Nacional de Trabajadores NO+AFP. El movimiento ganó las calles en agosto del año pasado, cuando los trabajadores jubilados comenzaron a comprobar que sus pensiones eran más bajas aún que los 420 dólares del salario mínimo. En efecto, según la Fundación Sol el 90% de las jubilaciones son menores a 220 dólares, menos del 60% del salario mínimo.
El sistema de las AFP está en la base del llamado 'milagro chileno', impulsado por los 'Chicago Boys', economistas que utilizaron la dictadura de Pinochet como laboratorio del modelo neoliberal. El régimen impuso a los trabajadores volcar sus ahorros a los fondos privados sin mediar debates ni información seria sobre el nuevo sistema, pero prometiendo jugosos rendimientos y facilitando el traspaso al reducir los porcentajes de cotización.
El 'milagro chileno' es un monumental robo a los trabajadores que ingresan todos los meses el 10% de sus salarios en cuentas de ahorro de pensiones privadas, más una cuota de administración que pagan a las AFP. En total son 10 millones de afiliados al sistema que confiaron sus ahorros a esos fondos.
Por otro lado, Kremerman considera que el sistema privado castiga especialmente a las mujeres, "ya que no las reconoce como ciudadanas titulares de derechos, sino como un individuo atomizado, cuya pensión depende de su capacidad de ahorro, reproduciendo y amplificando la discriminación que sufren en el mundo del trabajo remunerado y no remunerado".
El sistema privado no solo enriquece más a los más ricos, sino que traspasa el problema del envejecimiento de la población —que afrontan todos los países del mundo— a cada individuo, al que se le exige que trabaje más, ahorre más y se endeude para toda su vida.
Los cálculos jubilatorios que hace la Fundación Sol son elocuentes: un trabajador que cotizó un promedio de 30 años podrá financiar una pensión que no llegará al 22% de la remuneración que ganaba en los últimos 10 años de su vida laboral.
El sistema necesita de los aportes del Estado, porque la mitad de los jubilados está recibiendo pensiones tan bajas que están en la línea de la pobreza. La crisis financiera de 2008 agravó la situación al hundir la rentabilidad de los fondos, ya que consumió cerca de un tercio de los recursos acumulados con años de sacrificio. En suma, adosar el sistema de pensiones a la rentabilidad del capital financiero ha mostrado ser un desastre para las mayorías.
Con variaciones, el sistema de AFP ha sido adoptado por casi 30 países. Pero está en plena crisis. En 2008, el Gobierno de Cristina Fernández (Argentina) nacionalizó los fondos privados de pensiones, que en ese momento tenían recursos cercanos a los 30.000 millones de dólares. Lo mismo hizo en 2010 el Gobierno de Evo Morales (Bolivia).
Un informe del diario El Mostrador destaca tres aspectos de la crisis de las AFP: el informe de la Comisión Bravo (Comisión Asesora Presidencial sobre el Sistema de Pensiones), que concluyó que la mitad de los pensionados recibirá una jubilación que no superará el 15% de su sueldo, el escándalo de los 'jubilazos' (jubilaciones privilegiadas de personalidades políticas y de la Gendarmería) y la irrupción del movimiento NO+AFP.
Por todo ello, se puede concluir que Chile está ante una 'tormenta perfecta' que puede provocar el derrumbe del sistema previsional.
El Mostrador concluye: "La casta que controla el poder económico en Chile sabe del cuidado que requieren los fondos de pensiones, que financian casi un cuarto de la inversión de las empresas y bancos a nivel local". Pero esas fabulosas ganancias están en el ojo del huracán de la opinión pública y los gestores de las AFP no tienen idea de cómo van a salir del embrollo.