Priadka aclaró que eso se debe a que "la dinámica de desarrollo de los sistemas antiaéreos evoluciona a un ritmo más rápido" que el de las propias aeronaves.
"En el momento en que el [nuevo] avión empieza finalmente a ser producido en serie, ya existe un 'antídoto' capaz de derribarlo sin problemas. Además, los costes de producción de una aeronave furtiva exceden significativamente el precio de los misiles desarrollados para golpearla", explicó el analista.
"Ahora hay que hacer algo con el programa [de desarrollo del F-35]. La pregunta que surge es si se debe iniciar uno nuevo, uno que tenga en cuenta los sistemas de defensa aérea y las tecnologías modernas", cuestionó Priadka.
El caza polivalente de quinta generación F-35 ha sido considerado por muchos expertos un fracaso de las Fuerzas Armadas de EEUU. La razón es su alto precio, que ronda los 1,4 billones de dólares, además de sus numerosas deficiencias críticas de rendimiento y problemas de mantenimiento.